miércoles, 5 de junio de 2019

"Compartiendo Viaje" II


A primera hora, estaba listo en la cubierta de su submarino atómico -réplica exacta del diseñado por Julio Verne- el curtido navegante, Fernando Santos, padre de “Fer” y de Zayra, e hijo del incansable caminante, originario de Llamigo, Raimundo Santos; el primero que se atrevió a viajar con nosotros (¡claro, de tal palo tal astilla!).
Inmediatamente nos sumergimos en las profundidades marinas en busca del tiburón blanco. Fernando nos explicó, de manera muy amena, las espléndidas características anatómicas de este pez -invariables desde hace más de 400 millones de años-, su forma de vida y otras peculiaridades de sus parientes (¡de los del tiburón blanco!) y también de sus vecinos y “enemicus”.
Fue una magnífica travesía en la que aprendimos mucho y en la que nos maravillamos más. Volvimos a tiempo para la siguiente clase (¡Con Pachu, nunca lo habríamos logrado!) y lo más sorprendente: ¡completamente secos!
Gracias Fernando por dedicarnos tu tiempo y, especialmente, por atreverte a sumergirnos en las profundidades abisales del conocimiento.

P.D.- Para asegurarnos que vuelva el próximo curso, le regalamos, como a su padre, una credencial de visitante cualificado.
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